Bitácora
...anudo tu espalda de barco a mi cintura de puerto...
Osvaldo Tramontina
Estiro los brazos
para desasirme de los resabios del sueño
y tus ojos entornados
se despliegan para acariciar
las líneas de mi forma.
El deseo estalla,
en el aire de tus palabras somnolientas
que me susurran,
te contesta mi cuerpo
al envolver tu mástil
con mis curvas de bandera.
Navegamos juntos
los dedos de timón
subidos a la marea,
a sus perfectas contorsiones,
a la inquietud de un mar más que infinito
que se agita al concierto de nuestros besos,
trepamos hasta el infierno
al arrebato de tu cuerpo, de mi cuerpo
y desde allí nos lanzamos
para rompernos contra el cielo.
Después, la calma,
la pacífica caricia
de los ojos que se estiran
en las líneas de mi forma,
de los ojos que se abrigan
en la esquina de tu pecho.
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